jueves, 6 de mayo de 2010

La huelga de hambre como protesta política? ARMA DE DOBLE FILO




CONTEXTO HISTÓRICO DENTRO DE UN RECLAMO POLÍTICO



Por Luz del Alba Belasko ®


La huelga de hambre como fenómeno de reclamo político es relativamente reciente en la historia de la humanidad. Siendo además una forma no violenta de protesta, ha sido definida desde el punto de vista de la sociología como un producto más de la modernidad, la complejización de las relaciones sociales y la sofisticación de las técnicas de disuasión política.

Generalmente se ha usado con fines políticos muy específicos contra regímenes que obstruyen la libertad política o violan los derechos humanos. El caso del Sindicato Mexicano de Electricistas, parecece ser una medida erronea que "...no genera conciencia en la masa laboral del país" y tampoco educa a los trabajadores como herramienta política, por el contrario es un arma de doble filo (sobre todo para los "negociadores" de esta huelga de hambre).

POR CUANTO TIEMPO, Y QUIENES SE APUNTAN?

La huelga de hambre no puede ser un show mediático, ni un medio de propaganda. Las huelgas son efectivas si rompen el esquema de medidas disciplinarias o castigo, lo que deja a los opresores sin sus principales herramientas de fuerza o presión para amedrentar a sus víctimas. Las víctimas pueden lograr en ocasiones, ciertas reivindicaciones, que sobre pasan la voluntad política de sus victimarios. Sin embargo este no es el caso, no se pueden hacer con el propósito de oponerse al despido del trabajo y desaparición del histórico sindicato, No hay necesidad de inmolarse, hasta ahora solo nos ha mostrado que no ha habido unidad estratégica.

Sin embargo no "solo la esperanza, muere al último", sino que las consecuencias y los signos son muy marcados en una huelga de hambre, que durante su proceso, los profesionales de la salud lo diagnostican de esta manera:

DETERIODO FISICO Y CRONICO

"Fisiológicamente y dependiendo de las características biológicas y metabólicas de cada individuo, la muerte por inanición ocurre entre el día 40 y el día 90 después de iniciada la protesta. Los requerimientos energéticos del cuerpo hacen distinguibles tres fases de la huelga de hambre; durante la primera etapa, se consumen los carbohidratos de reserva, en la segunda, que dura de una a dos semanas, el organismo toma las grasas acumuladas en el mismo y en la fase final de inanición se consumen todas las proteínas musculares hasta terminar en la muerte por choque sistémico o paro cardíaco".


LA MUERTE...NO ES UTIL PARA NADIE

La demanda es entendible, pero la solidaridad de los diputados, senadores y población, no debe ser ayunando 48 hr y luego ir por una tajada de carne. Sabemos que "La Huelga de Hambre" es el recurso supremo para demandar un derecho. Si con ella se trata de alcanzar un propósito, entonces hay varios elementos que se tiene que tener cuentas, para que la huelga no se convierta en un rotundo fracaso.

El propósito tiene que ser medible, medianamente posible y con una razón moral, que comprometa la moral pública de todos los que de una forma u otra, entren el juego de una verdadera huelga hambre. Además, esa razón moral es la que empodera al demandante, para llevar la huelga a sus máximas consecuencias. Todo huelguista debe tener voluntad de mártir, para soportar el sufrimiento y los riesgos que una huelga de hambre demanda, más cuando los síntomas de la muerte comiencen a aparecer.

Todas las huelgas de hambre deben tener un propósito (está la tiene), sin embargo deben hacerse bajo circunstancias muy bien determinadas. Si la huelga no tiene la suficiente justificación moral, se desmorona la voluntad del o los huelguistas. Y si se convierten en una rutina, pueden convertirse en un arma de doble filo.







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Toluca, Estado de México, Cumplen electricistas 8 días en huelga y la Autoridad los ignora




Adolfo Carrillo Morales, trabajó durante 20 años en Luz y Fuerza del Centro (LyFC), no ha encontrado empleo por su edad y porque no sabe hacer otra cosa que instalar líneas de
media y alta tensión, por eso se unió a la huelga de hambre que inició el
Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), para exigir su reinstalación laboral.

Desde el pasado jueves, 29 de abril, once ex trabajadores de LyFC decidieron no probar alimento por tiempo indefinido. Ya se cumplieron ocho días de que instalaron su campamento
en la Plaza Cívica de esta ciudad, ahí duermen y se bañan.

El huelgista de hambre haciendo caso del llamado del comite central del SME, lamenta que: "lo único que sé hacer es "media tensión" y ahora nos han dejado sin comida a mi familia, sin estudio a mis hijas y lo único que quiero es trabajar. Si nos quitaron nuestro trabajo, nuestro sustento, estamos dispuestos hasta lo último, aguantar hasta morir y desfallecer, a cambio de que nos regresen nuestro trabajo, es lo único que pedimos”, dijo con voz entrecortada.

El estado de salud de los huelguistas,por el momento es estable; sin embargo, los primeros días les bajó el azúcar que lograron controlar ingiriendo un poco de miel conagua, “la Cruz Roja sólo vino en dos ocasiones, hay órdenes de los directivos de no asistirnos, pero
han venido algunos paramédicos a apoyarnos”.

En el campamento tienen servicios de baños, regaderas, agua potable, miel, televisión, cobijas,
juegos de mesa e incluso reciben la visita del sacerdote de la iglesia de El Carmen. Por el momento, los gastos corren a cargo de los jubilados.

Son 25 las personas que se han solidarizado realizando ayunos de 48 horas, entre ellos se cuentan estudiantes, compañeros electricistas y alguno que otro diputado. En el Estado de México, San Pedro Siltepec, Sepayautla, San Simón, Temascaltepec y San Cristóbal Tecolitl, dependían económicamente de LyFC, ya que ahí laboraba entre el 80 y 90 por ciento de su población.






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El día del trabajo en voz de una mujer del Sindicato Mexicano de Electricidad

por Belasko


- “¿Primero de Mayo? ¿Qué es el Primero de Mayo? Nada. Es un día como cualquiera, de resistencia, pero sobre todo de sobrevivencia, porque los trabajadores estamos solos, no tenemos nada; ni trabajo, ni perspectivas. Y los que hemos participado en el sindicato estamos peor, nadie nos quiere contratar. El Primero de Mayo es un día como todos, de despertarse con la angustia de ser desempleados y no tener ni un peso para comer”.

Nerviosa. Moviéndose continuamente antes que comiensen a caminar, se reacomoda en la banqueta con ansiedad, como si estuviera siempre incómoda, Gelín, mujer en resistencia, trabajadora del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), expone su situación y la de muchos de sus compañeros a partir del decreto inconstitucional que liquidó la compañía Luz y Fuerza del Centro, en la que trabaja en el área de oficinistas varios. Comienza pausada cada frase, como conteniéndose; pero a medida que avanza en sus explicaciones la mesura de la voz —de por si grave, fuerte—, se pierde y la emoción le eleva el tono, en ocasiones casi hasta escapársele un grito que llama la atención de los otros.

“Nos quieren joder. Nos quieren tronar. Porque al gobierno actual no le convienen los contratos colectivos, ni pagar las prestaciones que ganamos; el gobierno quiere destruir a los sindicatos y a nosotros, las y los trabajadores, dejarnos con sueldos raquíticos, de hambre. Es una mentira que al gobierno le interesen los trabajadores y los trabajos dignos; ellos lo que quieren es el poder, mantenerse en el poder, monopolizar el poder. Por eso nos quieren joder, porque si las y los trabajadores estamos unidos y luchamos por nuestros derechos, el gobierno siente que pierde poder de controlarnos y manipularnos”.

Gelín reconoce el agobio que pesa sobre los miembros del SME desde hace muchos años: “nos acusan de borrachos, groseros, prepotentes, abusivos, corruptos para desprestigiarnos y aplastarnos; eso ya tiene mucho tiempo, siempre le han hecho creer a la gente que los trabajadores de Luz y Fuerza somos lo peor. Pero eso ¿para qué? Pues para destruirnos, para destruir al sindicato que, con sus buenas y sus malas, es una fuerza importante y es una fuerza crítica al gobierno…”

Desde el decreto del pasado 11 de octubre la cosa se ha puesto peor. “Por un lado están las agresiones de gobierno a través de la policía y los granaderos, pero también las agresiones de los periódicos y de la televisión que azuzan a la gente, por eso es que también en la calle, en los plantones y manifestaciones hemos sufrido agresiones…”

Continúa Gelín: “Han llegado a gritarnos que qué bueno que nos chingaron, que ya nos pongamos a trabajar, que ojalá nos manden a la policía. Pero, ¿sabes qué es lo que más coraje da? Que la gente en la calle, trabajadores también, igual de jodidos, te sigan atacando con eso de que somos trabajadores privilegiados. ¿Cuáles privilegios? Yo ganaba seis mil pesos mensuales. Teníamos caja de ahorros, pero eso te lo descuentan. Teníamos créditos pero lo único que había es que el sindicato nos ayudaba a que no nos cobraran intereses. Ganamos mucho menos de lo que ganan otros trabajadores y, para algunos, con mucho más riesgo, por el contacto directo con la corriente eléctrica y la alta tensión”.

- ¿Ha triunfado la campaña del gobierno contra todo aquél que lucha por sus derechos y por una vida digna?

- La gente se ha creído todo lo que le dicen. No se dan cuenta que al final lo que les hacen creer es que todos los trabajadores tenemos que vivir jodidos. Si alguien consigue una conquista entonces ya es un privilegiado. Muchos dicen eso porque el gobierno está duro y dale, y como creen todo lo que sale en la televisión, por eso nos hostigan. Ellos nunca han tenido un trabajo digno, no saben qué es tener un sindicato que te apoye ante los patrones; nuestro sindicato, desde hace décadas, es el que nos protegía y ayudaba. En lo laboral, el sindicato es lo único, lo pequeñito que nos queda para defendernos y ya ves, lo quieres destruir.

El problema es que no somos solidarios. Somos individualistas y nos preocupamos sólo por nosotros mismos; no tenemos unidad ni capacidad para hacer algo juntos. Ya ves, nos pisotean, quieren destruir al SME y casi nadie nos apoya, más bien hasta nos atacan. Por eso es que el gobierno hace lo que quiere. Cada quien ve por sus intereses, tanto los trabajadores como los dirigentes de muchos sindicatos y el gobierno.

- ¿Qué te dejan estos meses de resistencia. Hay esperanza?

Son seis meses de resistencia; para mí, como para muchos es una lucha personal por la subsistencia y una lucha general, social por defender nuestro sindicato y nuestros derechos. Si hay esperanza, pero la esperanza es de pase lo que pase comenzar algo, pero ahora unidos; unidos los trabajadores y el pueblo para generar algo para nosotros, para los que estamos jodidos y no para hacer mas ricos.

No sé, crear cooperativas, crecer con toda mi gente; aunque el gobierno nos ataque y no haya trabajo digno, generar cosas nosotros mismos, no esperar nada del gobierno, ni siquiera de las dirigencias sindicales ni de los partidos.

La política es una mierda, tenemos leyes pero ¿no el primero en violarla es el gobierno? El famoso decreto de liquidación de Luz y Fuerza es anticonstitucional. Si el gobierno fuera respetuoso de la ley no estaríamos aquí o ya estaríamos instalados. Necesitamos reagruparnos como sindicato y como sociedad para compartir esta lucha con la gente, formar grupos para luchar, invitar a la gente; que vean que podemos rescatar este país desde abajo, los que trabajamos.

Cada minuto interrumpe Gelín sus palabras para sorber agua de su botella. Hace largas pausas. Detalla de la solidaridad de su familia y las múltiples mercancías que tiene que vender para solventar sus gastos. Muestra las marcas que le han dejado los toletazos que le dieron los policías federales cuando intentaron desalojarla de una de las instalaciones de Luz y Fuerza, al sur de la ciudad. Se dice afortunada por la ayuda que ha recibido de su familia y amigos, aunque se angustia, dice, por los otros compañeros que se quedaron sin nada, sin apoyo de ningún tipo. Va del optimismo al desencanto, siempre termina con el rostro enrojecido de coraje.

“Aunque, sabes, a veces pienso si eso es posible o no. Porque hasta ahora no hay unión, somos apocados, sumisos, somos muy pendejos; no sabemos que la unión es la fuerza; pero estamos viendo que nos dan en la madre y no metemos las manos por no perder lo poquito que nos dejan en lugar de luchar por tener algo mejor. Debemos hacer más resistencia en todas partes para arrancar una vida más digna”, dice esta mujer trabajadora.

Pero hacer algo en serio –continúa- algo que le duela al gobierno, algo que no se agandallen los del gobierno o los partidos. Mira, si después del decreto hubiéramos tomado las instalaciones, salido a la calle organizadamente, con una dirigencia que tomara bien las riendas, sin tanta pasividad, otro sería el panorama. Así es en la sociedad también, o hacemos algo pronto o nos van a volver a chingar y a chingar todas las veces que quieran.

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